Olimpia Majayöe
Consultora en Transiciones de Vida y Orden Interno
Acompaño transiciones vitales con palabra precisa, escucha profunda y belleza sobria.
Trabajo en los umbrales: lo que termina, lo que empieza y lo que necesita ser dicho.
Mi oficio es ordenar lo esencial para que puedas avanzar con claridad, dignidad y dirección interna.

Quién soy
Desde muy pequeña aprendí a escuchar lo que no se nombra: gestos mínimos, silencios tensos, patrones que vuelven, memorias heredadas que buscan un lugar y símbolos que insisten en aparecer. Vengo de un linaje de mujeres que cuidaban con palabra fina, ritual simple y una presencia capaz de ordenar una habitación entera sin levantar la voz.
Mi camino se templó en umbrales exigentes: enfermedades crónicas, cirugías, duelos, pérdidas, mudanzas, reconciliaciones familiares y decisiones que cambiaron rumbos. Esos tránsitos me enseñaron ética, medida y un respeto profundo por el ritmo humano: no todo puede acelerarse, no todo debe explicarse, no todo sanará si no se nombra.
De este recorrido nació La Endometristía, un método que creé para mirar con precisión lo que se mueve por dentro cuando la vida cambia de forma y para ordenar los hilos internos que sostienen cada transición.
Hoy pongo ese recorrido al servicio de otros: con escucha fina, palabra que ordena y gestos que transforman sin dramatismo. No prometo milagros; acompaño procesos reales con presencia adulta, claridad y verdad amable.

Mi enfoque
Me muevo entre intuición clara y acción practicable. Entre símbolo y estructura.
Entre silencio que revela y palabra que libera.
En cada encuentro:
✓ leo lo visible y lo invisible
✓ distingo lo heredado de lo actual
✓ traduzco lo complejo en mapas breves
✓ bajo la tensión
✓ nombro lo esencial sin herir
✓ propongo pasos concretos que pueden vivirse hoy.
Trabajo con:
✓ cuerpo, voz y respiración
✓ memoria familiar y linaje
✓ símbolos discretos
✓ límites amorosos
✓ ritmo humano
✓ belleza sobria que dignifica
Lo espiritual está, pero nunca en espectáculo:
es presencia, no performance.
Mi trabajo no se queda en la conversación:
también se expresa en voz y obra, gestos discretos que acompañan el proceso cuando el silencio sigue haciendo su parte.
Cómo acompaño
Con claridad, ritmo humano y pasos posibles.
Acompaño personas y familias en:
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sesiones uno a uno,
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procesos UMBRALES (3 encuentros o 5 meses),
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acompañamiento familiar,
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rituales discretos para cierres y comienzos,
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mentorías para facilitadores,
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espacios colectivos (conferencias, círculos, retiros),
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obras simbólicas y biblioteca digital.
Mi función es ordenar:
lo que pesa, lo que falta, lo que pide paso.
Sales con:
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alivio en el pecho,
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un mapa breve,
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y una decisión viva.
Capacidades que sostienen mi trabajo
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Palabra que ordena: digo lo preciso para abrir claridad sin herir.
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Lectura de campo: percibo tensiones, roles, cargas y silencios.
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Memoria de linaje: comprendo patrones heredados que influyen hoy.
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Visión simbólica: traduzco símbolos en acciones concretas.
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Presencia que calma: bajo revoluciones y abro cooperación.
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Rituales discretos: gestos mínimos para cerrar o iniciar sin dramatismo.
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Canto que reúne: uso la voz como herramienta de cohesión cuando corresponde.
Respeto, límite y confidencialidad.
No hago promesas médicas ni uso el miedo como estrategia.
No culpabilizo ni dramatizo.
Trabajo con todas las partes —presentes o ausentes— con igual dignidad.
Si algo no corresponde, lo nombro.
Si algo necesita silencio, lo guardo.
Mi tarea hoy
Volver practicable lo sagrado.Que la vida pueda vivirse, no solo pensarse.
Acompaño a quienes están entre lo que fue y lo que viene.
Personas que necesitan claridad sin ruido, decisiones con respeto y pasos posibles.
Cuando el umbral se confunde, sostengo el espacio.
Cuando se estanca, abro camino.
Cuando duele, bajo la tensión.
Cuando pide verdad, la digo con medida.
Mi trabajo es simple y profundo: que puedas avanzar con paz en el pecho, orden interno y dirección viva.